He aquí algunas sugerencias para sacar provecho constructivo al pongo:
- ¿Por qué no reunir todo tipo de objetos horteras y construir un salón surrealista? Sigamos el ejemplo de Dalí de la foto "esto es un jardín de artista". ¡A ver quién se atreve a criticar a un genio surrealista!
- Lucha contra el estrés: nunca un objeto tan díficil de identificar como un pongo fue tan beneficioso para la salud. Situémonos: llegas a casa, después de un día interminable en el que todo el mundo parece querer tocarte las narices para comprobar hasta donde llega tu paciencia... llegas a casa... y lo primero que ves es esa horrible figurilla, llena de polvo que ni te has molestado en limpiar con la esperanza de que pase desapercibida... y llega tu momento... la agarras con fuerza y ¡la estampas contra la pared! Ale, ya te sientes mejor y sin posturitas de yoga...
- Una vertiente de este anterior indicada para padres o tíos recientes. Cuando los niños tienen alrededor de un año y comienzan a andar y a toquitear todo lo que está a su alcance, no dudeis en dejar a su disposición los pongos más horribles que encontreis. Ellos se encargarán de identificarlos rápidamente y sabrán qué hacer con ellos: experimentar con la gravedad.
- ¿quieres recrear la casa de Omaíta de los Morancos? coge el típico toro que anda, escarba en el suelo y lleva una musiquilla de pasodoble... ahora sólo te falta la muñeca vestida de gitana y la consabida puntilla para apoyarlos: tu televisión parecerá la de los Morancos :)
Estas son algunas ideas constructivas para usar los pongos. Se admiten todo tipo de sugerencias. ¡Usad la imaginación y participad!
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